aprovecha los servicios de reseñas por un precio de baja altura

A Vueltas con la Docencia dentro y fuera del Continente AFRICANO

¿Cómo es la docencia dentro y fuera del continente africano?

EDUCACIÓN

Rijôle Bitata

11/17/20255 min read

Eternamente Agradecido

Tengo ganas de llorar. Estoy preparando un presupuesto para una escuela en un campo de refugiados en Kenia y llevo días en contacto con Tang, un refugiado sudanés afincado en Kenia tras años de conflicto. Le conocí a través de Facebook durante la “plandemia”. Por aquel entonces tenía un colegio que albergaba a más de 1.000 alumnos. Su objetivo era ofrecer algo de normalidad a los niños y familias devastados por un conflicto que nunca termina.

Las clases se impartían bajo un árbol o en un edificio sin tejado. No recibía ayuda del gobierno, solo el apoyo de voluntarios y el amor incondicional por su gente. En las fotos que compartía, se veía claramente cómo el sol caía sin piedad sobre los rostros de sus alumnos: siempre obedientes, atentos, calmados y con ganas de aprender.

Con el tiempo, la situación fue empeorando. Su hermano fue asesinado y toda su familia tuvo que huir hacia Kenia. Desde allí, Tang se comunica conmigo con regularidad. Me cuenta que la salud mental de muchos de sus amigos y familiares está seriamente afectada. La violencia y los horrores de la guerra se han quedado anclados en su memoria para siempre.

No te quejes, me digo mientras escribo este artículo, y también te lo digo a ti: no te quejes. Agradece lo que tienes, el lugar donde vives, tu familia, tu trabajo… agradece todo.

A veces creamos excusas para no hacer lo que debemos hacer, y yo también me incluyo. No es fácil cumplir lo que uno promete, sobre todo cuando la promesa es con uno mismo. Si decepcionas a alguien, te lo dirá. Si te decepcionas a ti, tu autoestima se resiente.

Tang quiere un poco de normalidad dentro del caos, y esa es su promesa. Nunca imaginó vivir fuera de su tierra, pero tiene una misión que cumplir. Por mi parte, con la ayuda de una extensa red de conocidos, haremos todo lo posible para que siga empoderando a los niños de su comunidad: refugiados, huérfanos o simplemente abandonados a su suerte.

Kakuma: una realidad muy dura

Las condiciones en Kakuma, uno de los mayores campos de refugiados del mundo, son extremadamente precarias. El campamento alberga aproximadamente 850.000 personas, de las cuales el 87% vive en tiendas de campaña. Los grupos más numerosos son somalíes y sudaneses. Aunque el campo ofrece cobijo, está muy lejos de considerarse un hogar, y sus habitantes sobreviven con lo poco que reciben.

Yo desconocía que dentro de la administración de los campos hubiera politiqueo, esa política interna con poder para hacer y deshacer. Por ejemplo, existe prioridad en la distribución de alimentos, y los recién llegados son ubicados en determinadas áreas. Tang me explica, casi en tono anecdótico, que a veces las provisiones no alcanzan. No me atreví a preguntarle cuántas veces ha tenido que saltarse una comida.

Buscando más información, encontré un artículo sobre Kakuma donde se relataba cómo algunos locales ven con malos ojos no solo el campo, sino también a los propios refugiados.

Kenia enfrenta muchos retos. Recientemente, jóvenes salieron a las calles para manifestarse contra el presidente William Ruto. Recuerdo a una chica en TikTok, llorando, diciendo que estaba dispuesta a morir por unos derechos que solo unos pocos disfrutan.

Tal vez estés confundido. Quizá hayas visto demasiados vídeos de “españoles por el mundo” donde se habla de lo barato que es el país, lo que se puede comer por un dólar o un euro. La realidad de la mayoría de los kenianos es otra.

Todos los países tienen retos, pero imagina que eres profesor en Kenia: ¿cuánto crees que ganarías al mes? Entre 51.458 KES y 91.417 KES, el equivalente a €485 – €860. En los colegios internacionales se gana un poco más, y ya puedes imaginar quién trabaja allí.

Déjame preguntarte: ¿sigues creyendo que es tan barato como los influencers te quieren hacer creer?
Una vez más, no es lo mismo ir de turista que vivir como la gente de a pie, con salarios tan bajos. Ahora imagina a un profesor en un campo de refugiados: muchos no llegan ni a 100 euros, y aún así lo hacen de corazón.

La escuela que Tang quiere construir

Tang ya tiene un grupo de profesores dispuesto a impartir clases a unos 100 niños y niñas de entre 4 y 8 años. Me cuenta que en algunos colegios del campo hay más de 100 niños por clase. Imagino que fue la comunidad de jefes quien le ofreció el pequeño espacio donde quiere empezar.

Me enseñó fotos y un vídeo. Es más bien una pequeña nave: sin libros, sin sillas, sin mesas… Ni siquiera sé si tiene suministro eléctrico. Lo que más me sorprendió fue descubrir que no hay baños y que los niños deben volver a su tienda cuando tienen una urgencia. No se puede tener un centro educativo —por pequeño que sea— sin baños.

Este es un problema generalizado. Cheryl Phoenix, directora de la organización Black Child Agenda, compartió cómo durante su estancia en Ghana colaboró en proyectos cuyo objetivo era construir aseos para los colegios más necesitados. Estoy segurísima de que esto sucede solo en los centros públicos; los privados o internacionales no sufren estas carencias.

¿Y en Guinea Ecuatorial?

Los salarios de los profesores en Guinea Ecuatorial rondan los 980 € para universitarios y 840 € para maestros de escuela, aunque las fuentes no son muy fiables. Apenas hay información.

Sé que durante la colonia se formaron profesores —algunos incluso llegaron a impartir clases en España— y tras la independencia muchos funcionarios convalidaron sus títulos para seguir ejerciendo.

Existe una clara división entre la educación pública y la privada. Los esfuerzos del gobierno por subvencionar la educación pública son mínimos, por lo que quienes pueden permitírselo optan por centros privados, a menudo religiosos.

También hay una enorme diferencia entre las zonas urbanas y rurales. Los mejores colegios están en la ciudad; las zonas rurales están muy descuidadas.

El docente en Guinea no lo tiene fácil. Recuerdo el verano de 2008: mis primos contaban que a veces no había clase porque el profesor había ido de compras, o que terminaban antes de tiempo porque el docente tenía prisa (Ö yolö!).

Mi respeto eterno

Solo tengo palabras de admiración para los profesores de todas partes del mundo que disfrutan de su trabajo y dan el 100%.
En especial para maestros como Tang y su equipo, que a pesar de la precariedad económica y del trauma personal de tantos eventos trágicos, siguen dispuestos a enseñar, empoderar, guiar y proteger a la próxima generación.










Bibliografía:

Betts, Alexander, et al. (2019), Doing Business in Kakuma: Refugees, Entrepreneurship, and the Food Market. Retrieved from Refugee Economies, available at https://www.refugee-economies.org/assets/downloads/Report_Doing_Business_in_Kakuma.pdf, accessed on April 23, 2025.



Carlota Tovar - Director of UCJC Foundation

Espacios de Educación Superior

https://www.espaciosdeeducacionsuperior.es/escribe-con-nosotros/



Kaamil, A. (2025), Refugees in Kenya’s Kakuma camp clash with police after food supplies cut. Retrieved from The Guardian, available at https://www.theguardian.com/global-development/2025/mar/05/refugees-clashes-police-kakuma-camp-kenya-protests-cuts-wfp-unhcr-food-aid-us-freeze, accessed on March 24, 2025.