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Traspasar la frontera POV: Encontrándose
Georgina tiene un hábito que se repite con demasiada frecuencia, encontrar el punto exacto será su baza.
RELATOS
El Rincón de Keren
12/24/20253 min read


Contenido de mi publicación
Relato afrodescendiente
Georgina era una niña inquieta, que me gustaba descubrir todo cuánto le contaba su tío.
Ahora instalada en Andalucia, recordaba cómo su tío le inculcaba su amor por la educación, la lectura y a quién le debía ser la bibliotecaria que era. Pero, cierto tiempo después, decidió que lo suyo era reseñar libros por redes, y lo dejó todo para formar su propia empresa; emprendiendo tenía claro lo que quería.
Cuando conoció a Alberto, quién le enseñó mucho de la vida pero él no sé había preocupado lo más mínimo por los intereses de Georgina. Hasta había llegado a alegar que le era infiel porque se entragaba en cuerpo y alma a su trabajo remoto. Al final, cediendo siempre, olvidó quién era, qué quería y hacia dónde quería ir.
Tras cuatro largos años volvió con fuerza, negándose al amor, en cambio el destino era caprichoso. Esta vez conoció a un intelectual con quién sí aprendían el uno del otro. Por otro lado, éste, la hacia compararse con otras mujeres. Llegando a pensar que el hecho de que dedicara más tiempo a su trabajo, era un error.
Todos los hombres, cuando veían que lo tenía claro, que no eran el centro de todo, la echaban de lado. Y claro que en una pareja hay errores de dos, sin embargo, otra vez se encontraba que no sabía quién era, qué quería y hacia dónde iba. Esta vez el golpe era duro, porque realmente pensaba que no se recuperaría. Tras varios meses incorporó nuevos hábitos, lo intentaba pero no había manera; leía libros de autoayuda, le motivaban pero no pasaba a la acción. Estaba convencida de que lo mejor era volver con su última relación. Cuando en realidad, él había elegido seguir su vida sin ella.
Escribia largas horas de autoreflexion, lloraba, y en cambio, nada se asentaba. No le interesaba quedar con nadie, y del sexo, no quería tener nada qué ver.
Sus días pasaban sin pena ni gloria, en el mejor de los casos, obligándose a hacer las tareas que apuntaba.
Hasta que llegó una semana en la que se pasó llorando todos los días porque todo le recordaba a él. No se arreglaba, no se peinaba, no sé duchaba. Literalmente había quedado relegada a su cama y las canciones de "Jessie y Joy".
Pasó otra semana y se dijo "¡Basta!, no puedes seguir desmereciendote de esta manera". Se obligó a bañarse con gran esfuerzo. Se duchó, se lavó el cabello, se hidrató la piel, se puso desodorante, y se perfumó. Se obligo a escribir reseñas y leer.
Dado que, ya llevaba una temporada así. Decidió apuntarse al gimnasio. No teniendo ganas de ir, sufriendo por los pensamientos, los primeros meses fueron los más duros. Las piernas se le quedaron muy estilizadas, poco a poco fue perdiendo barriga, y con ello, peso. Comenzó a verse con más fuerza, resistencia, y ganas con la vida.
Tocaba entonces, recolocar sus pensamientos, objetivos, y metas. Lo más difícil ya lo había hecho. Así que, fue perseverante y en dos años, consiguió volver a ser la que era.
REFLEXIONANDO:
Escribiendo esta historia me doy cuenta que los límites están en algunas partes de este relato. Si no acuerdas con tu pareja de forma pactada tus espacios, si no pones de relieve qué es tan importante para tí y tu pareja no lo entiende. Esto podría estar sucediendo una y otra vez. Porque , entendemos que hay un tiempo para estar juntos pero en el amor adulto, también se pactan momentos para una misma/o. Ya no es cómo cuando estás en la adolescencia.
Si te ha servido, yo que me pongo contenta.
